Ya hemos hablado en el blog sobre la evolución natural de la torsión femoral en el niño sin afectación neuromotriz. Diversos autores (Shands y Steele, Fabry, Bedouelle) han mostrado que la antetorsión femoral fisiológica disminuye a lo largo de todo el crecimiento. Bedouelle habla de una reducción rápida entre el año y los 5 años de edad, después permanece constante hasta los 10 años y disminuye aún más entre los 10-15 años para obtener una antetorsión femoral media en la edad adulta de 15º (Fabry y Lerat).
Cuando un problema de antetorsión excesiva aparece en el niño sin problemática motriz, normalmente se resuelve a partir de los 4 años de edad de forma espontánea (de hecho, Staheli en 1993 hablaba de plantearse osteotomías desrotadoras en niños con antetorsión femoral excesiva a partir de los 8-10 años de edad y en la actualidad la tendencia es a esperar a que termine el crecimiento).
La situación del niño con patología neuromotriz es diferente: en los niños con enfermedad motriz cerebral que caminan y, sobre todo, en los que no caminan, la antetorsión no disminuye durante el crecimiento (véase las referencias)
Laplaza FL, Root L, Tassanawipas A, Glasser DB. Femoral torsion and neck-shaft angles in cerebral palsy. J Pediatr Orthop 1993;13:192-9.
Bobroff ED, Chambers HG, Sartoris DJ, Wyatt MP,Sutherland DH. Femoral anteversion and neck-shaft angle in children with cerebral palsy. Clin Orthop Relat Res 1999;364:194-204.
En este grupo de niños debemos poner especial atención en aquellos que presentan espasticidad en los grupos musculares flexores de los miembros inferiores, sobre todo si esta espasticidad limita la capacidad voluntaria de poder extender las rodillas estando de pie o sentados en el suelo (sedestación larga). Es muy habitual que estos niños muestren una preferencia por jugar sentados con las piernas en W (W sitting) ya que se encuentran más cómodos y estables en esta posición, que les permite liberar los miembros superiores para manejar los juguetes.
La posición en W conlleva toda una serie de riesgos a nivel ortopédico que M. L. Métayer señala en su libro “Reeducación cerebromotriz del niño pequeño” y que os cito a continuación:
- La cabeza femoral, que sobresale en parte en la posición de flexión extrema, distiende la cápsula articular y además golpea la pestaña cotiloidea que progresivamente se aplana.
- El mantenimiento de la posición en W en el tiempo produce un efecto de torsión sobre los fémures.
- Si los pies están girados con la punta hacia fuera o adentro, ejercen una torsión axial sobre las tibias.
- Los elementos osteoarticulares de los pies se adaptan a la posición tomada por éstos y acentuada por el efecto de la carga del peso del cuerpo. Este proceso se añade a la acción de las contracciones activas de los músculos inversores y eversores de los pies y podría contribuir a la patogenia de las deformidades en inversión/eversión de los pies.
- El tendón rotuliano está sometido a tracciones importantes y prolongadas localizadas a nivel de la articulación de la rodilla, lo que puede contribuir a su exceso de alargamiento.
Los artículos científicos que he podido consultar no establecen una relación tan directa como la que M.Le Métayer cita en su libro. Los diferentes autores se centran más en preguntarse si la posición de sedestación en W de los niños que presentan una antetorsión femoral exagerada es o no un factor que impida la regresión, e incluso que agrave el defecto arquitectónico.
Lo que sí se observa en el síndrome postural de la antetorsión femoral es un aumento de la rotación medial de la cadera a expensas de la rotación lateral. No obstante, no se sabe si las fuerzas inducidas por la gravedad y la presión muscular ejercen una acción sobre la cápsula para provocar una hiperlaxitud o sobre el extremo del fémur para modificar la torsión.
En lo que coinciden todos es que, en estas condiciones, es preferible no favorecer esta postura.
Algo que no he encontrado descrito y que me parece que debemos tener en cuenta en la práctica es que, además, en la posición de W sitting, la musculatura flexora de los miembros inferiores se encuentra en situación de máximo acortamiento, siendo ésta una razón de peso para evitar que el niño con diplejia espástica o con hemiparesia espástica permanezca jugando en esta posición si deseamos prevenir o evitar la evolución de una marcha en flexión.
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